y descubras en mis ojos
que siempre fuiste parte de mi Ser.
Cuando tu mano recorra mi mejilla
y yo silencie tu boca con un beso de partida.

Entre silencios con ahogo de llanto
entenderás que fuimos lo que más amamos.
Y sentiremos que el tiempo es un tirano
porque no nos alcanzó para recorrer
los sueños esperados.

Cuando el latido del pecho nos inunde el momento
y comprendamos que era lo más perfecto,
la noche nos parecerá siniestra.
Nos quedarán vacíos los abrazos
y crujirán los vidrios en el suelo.

La despedida será de nuestros cuerpos
pero mi alma se encenderá en tus tormentos.
Algo de lo que fui se quedará a tu lado
y en el susurro del insomnio te recordaré
¡Cuánto te he amado!
