¿MUJERES DESCONFIADAS O CONFIANZUDAS?
La palabra “confianza” amigas queridas, nos invita por sí sola, a la más profunda de todas la reflexiones. Se podría considerar que es un sinónimo de fe, de esperanza, de creencia en algo o en alguien (sea una cosa, o una persona), sin embargo no significa lo mismo, pero nos representa vivamente el deseo, o la necesidad de creer en algo o en alguien, y más si se trata de enfrentar momentos críticos en la vida.
Al término “fe” se le conocen varios significados, aunque todos derivan de la misma idea original: Sabiduría, también confianza, virtud, fidelidad, esperanza y por último, hasta “creencia”. La fe por lo tanto, es el conocimiento de la realidad, entonces tener fe es un sinónimo de confianza.
En este sentido, cuando una mujer tiene plena confianza en sí misma y en todo lo que le rodea, mostrará una conducta de absoluta seguridad y tomará con resolución todos sus actos. Una mujer definitiva no vacila para tomar decisiones… ¡Las ejecuta pase lo que pase!, asume riesgos y los convierte en retos, no importa de lo que se trate: Sean negocios, empresas, amores, sentimientos, familia, hogar, hijos y hasta con los amigos.
Pero lo importante de todo esto mis bellas; es darnos cuenta del buen cuidado que debemos tener en regalar nuestros afectos. Una mujer por ejemplo que tiene un excelente amigo, ella le confía sus cosas, se le acerca, lo toca, comparte con él pedacitos de su vida, confía plenamente en que él, le corresponderá sólo como un amigo. La intención de ella es de plena hermandad, no hay nada de dobleces ni mentiras, ni falsedades ni nada qué ocultar ni nada de qué avergonzarse ni nada de qué arrepentirse.
Esa es la actitud de la mujer segura de sí misma. Pero… ¿Qué pasa cuando aquél amigo en quien tanto confió se enamora de ella, tergiversa sus palabras amables, sus detalles, sus confidencias. ¡Ojo…mucho cuidado por favor! Que podemos llevarnos una gran sorpresa, y después quizá nos sea muy difícil desengañarlo, no vamos a querer lastimarle sus sentimientos, ¿Pero es justo que sacrifiquemos los nuestros?
Resulta pues mujeres amigas que en los excesos de dar, otorgar seguridad, confianza, fe, esperanza y creencia a los seres en quienes más creemos y confiamos (a veces ciegamente), nos puede acarrear el riesgo de quedar atrapadas en un dilema por ser mujeres tan confianzudas, tan entregadas, tan abiertas, tan francas y espontáneas. O puede ser alrevés, quizá esto nos vuelva desconfiadas en la posteridad.
Cuando alguien te engaña o por alguna razón te falla por ejemplo, es muy frustrante, muy doloroso y obvio es que la desesperanza, la frustración, la desilusión te rompe el ídolo y el corazón en mil pedacitos, ya no confias como antes, te vuelves ermitaña, apartada, irascible, desconfiada, resentida, etc.. Ahora la piensas más para volver a entregarte, cierras tu corazón a nuevas posibilidades, le pones una dura y severa coraza, levantas un muro, te conviertes en una mujer incapacitada, mutilada, limitada o anulada para volver a confiar y hasta para volver a amar con la misma intensidad.
¿Qué hacer?… ¡Volverte previsora! (o como dicen: preventiva), prever las cosas ¿cierto?, y al tener precaución, es estarle dando “pre-cavida” a los sentimientos del corazón, es tener más cuidado, poner más atención, más observación y darle más sentido a lo que haces, a lo que piensas, a lo que quieres y también a lo sueñas y anhelas.
No está por demás entonces, aprender a ser mujeres seguras, mujeres fieles a sí mismas, mujeres centradas, mujeres realistas, mujeres equilibradas: Ni tanto que queme al santo, ni tanto que no lo alumbre amigas; podemos confiar en el ser amado, en la familia, en los amigos, pero teniendo primero bien clara la plena convicción de que si otros nos engañan o nos fallan, no serán por lo tanto, tan hábiles como para lastimar nuestro corazón. Nadie tiene el poder de lastimarnos, si nosotras mismas no lo otorgamos ese poder. ¿De acuerdo?
Autor: "Doral"
(Derechos Reservados)
Diseño: "Doral"
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